El Centro de Estudios Populares de Bolivia (CEP) es una organización sin fines de lucro, que cuenta con un equipo multidisciplinario, dedicado al estudio y análisis de la realidad boliviana con un compromiso con los sectores explotados que luchan permanentemente en defensa de sus derechos democráticos. El objetivo de CEP es luchar junto a nuestro pueblo por construir una verdadera alternativa transformadora en base al conocimiento de la realidad objetiva de los hechos que suceden en Bolivia

domingo, 26 de septiembre de 2010

El gobierno del MAS sale con todo a contener a sectores críticos y disidentes

Las críticas al gobierno y su entorno surgen de todos lados


Bolivia, 27 de septiembre de 2010 (CEP).- En los últimos meses ha retomado fuerza la contradicción entre el Estado boliviano y los sectores populares en Bolivia, mientras la administración de Evo Morales intenta contener ese choque endureciendo su control hacia sindicatos campesinos, pueblos indígenas, hacia el sector de los periodistas, hacia sus propios aliados y hasta a grupos de activistas de derechos humanos.

En el “proceso de cambio” del Movimiento Al Socialismo, la naturaleza del Estado boliviano no se ha desprendido ni por un momento de sus raíces en la clase dominante. Y el gobierno de Evo Morales, aunque alardea de estar construyendo un “Estado Plurinacional Socialista Comunitario” (que nadie puede explicar en qué consiste), no se ha apartado ni en lo mínimo de la defensa de los cimientos del viejo Estado burgués-terrateniente.

En estos últimos meses, la defensa del viejo Estado ha sido férrea y ha aglutinado a toda la cúpula del gobierno del MAS contra los sectores populares que han comenzado a lanzar críticas y exigir un verdadero cambio en la vida cotidiana de los bolivianos.

Este año los choques entre el gobierno y los sectores populares empezaron temprano, en abril-mayo, con maestros, fabriles y el caso Caranavi, del norte de La Paz, donde dos estudiantes murieron asesinados por balas policiales en medio de una movilización de pequeños campesinos que demandaba la industrialización de cítricos.

La intervención policial terminó con las protestas masivas en la región, pero comenzó una persecución contra dirigentes estudiantiles y campesinos, autoridades educativas y abogados de los familiares de las víctimas. A principios de septiembre el presidente del Comité de Huelga de Caranavi, Sinforiano Cusi, sufrió el incendio de su casa en el pueblo por desconocidos.

A fines de agosto, dos activistas de Derechos Humanos y abogados de las víctimas sufrieron el allanamiento de sus oficinas y el secuestro de documentación relativa a las muertes de Caranavi. El viceministro Wilfredo Chávez admitió el 29 de agosto que el allanamiento a la casa del abogado Jorge Quiroz fue por ser éste “poco más el portavoz” de las víctimas de Caranavi. ¡Pero si es su abogado!

En este contexto el ex Defensor del Pueblo Waldo Albarracín, antiguo militante de DDHH, informó que en esa semana del allanamiento, un grupo de funcionarios del Ministerio de Gobierno (del Interior) y un sector de “activistas de derechos humanos” se reunieron para hacer una “lista negra” de los activistas críticos al gobierno. Supuestamente los miembros de la “lista negra” serán investigados en su pasado y su presente para, con esa información, poder presionarlos en cualquier momento.

Como se puede ver, el gobierno de Evo Morales utiliza a los dos pilares del viejo Estado para extender su control hacia distintos sectores de la sociedad. La Policía y a las Fuerzas Armadas, junto a la Fiscalía y el Poder Judicial, se han afilado más que nunca para perseguir y escarmentar a disidentes y críticos (y no tanto) que pongan al descubierto la falsedad del “proceso de cambio”.

En este caso ya parece humor negro la censura moral al artista Diego Morales que pintó un cuadro que representa la fallida gestión de Evo Morales para traer la franquicia del Miss Universo a Bolivia. O la ley antirracista, de reciente aprobación, que prohíbe  a la prensa (bajo amenaza de cierre) publicar “declaraciones racistas” o discriminatorias vengan de donde vengan. En este caso los caricaturistas y gente que hace humor político ha pedido claridad en la legislación. Lo cierto es que no se sabe si la prensa podrá publicar declaraciones de Evo Morales cuando animaliza a los propios periodistas (“pollos de granja”) o discrimina a las dirigentes de la Federación Bartolina Sisa al decirles que “sólo sirven para bailar”.

El control y la persecución se extiende al propio ex aliado político de MAS: el Movimiento Sin Miedo (MSM) que está a cargo del municipio (alcaldía) de La Paz. A principios de septiembre, tres oficiales de la Escuela Militar de Inteligencia del Ejército fueron sorprendidos en actos delincuenciales (robando a comerciantes ambulantes), cuando iban con el uniforme de la guardia municipal.

Los miembros del MSM denunciaron que el gobierno se había infiltrado en la alcaldía y el MSM. Pero el Ministro de Defensa lo negó, a la vez que admitió que los tres militares hacían sus prácticas de inteligencia como guardias municipales. De los hechos criminales de estos tres militares del Ejército boliviano, contra humildes comerciantes minoristas, nadie dice nada.

Obviamente el control del gobierno ha empezado por casa. Es vox populi que los diputados y senadores del MAS, salidos de sectores populares, están prohibidos de opinar, criticar o tener ideas para aportar al trabajo legislativo. Este fin de semana, 25 y 26 de septiembre, el senador del MAS Manuel Limachi admitió ante la prensa que “hay senadores que le tienen miedo” a Evo Morales, que desde el 22 de enero en que comenzó la legislatura están prohibidos de hacer gestión en sus regiones y que él mismo es parte de un “rebaño” que sólo “levanta manos” a la hora de aprobar leyes enviadas por el gobierno.

Pero el gobierno de Evo Morales no está sólo en su tarea de controlar y adormecer a los amplios sectores populares. Muchos sindicatos acólitos hacen el trabajo sucio de contener disidencias y posiciones críticas, que son consideradas como “conflictivas y divisionistas”.

La Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), que agrupa a sindicatos campesinos e indígenas que apoyan al gobierno, está en proceso de aprobar un estatuto interno para vetar y expulsar de sus filas a los dirigentes que “generen conflicto, enfrentamiento o división entre las organizaciones sociales o sus representantes en el seno de la Conalcam”.

La expulsión es también para dirigentes que “no defiendan el proceso de cambio y su implementación, a quienes negocien al margen del Conalcam o de sus organizaciones sociales con representantes del neoliberalismo”. Y en este gobierno se califica de “derechista”, “neoliberal”, “afín al imperialismo” justamente a cualquier persona que incluso haya estado en el MAS y que ahora tenga una posición crítica.

En fin, en Bolivia se ha superado el tiempo de la pugna de facciones dentro de las clases dominantes, algo que se expresaba en una pugna entre el gobierno y la denominada “media luna” (cívicos terratenientes). Esa dinámica política no hizo más que esconder por un tiempo la contradicción latente entre los sectores populares y el Estado, una contradicción que vuelve a reactivarse porque uno de sus componentes ha despertado.

Centro de Estudios Populares


Brasil: Gamonalismo persigue a quienes apoyan la lucha campesina



Bolivia, 26 de septiembre de 2010 (CEP).- Ya no es sorprendente recibir información sobre el movimiento campesino y las barbaridades del gamonalismo de los terratenientes y el Estado brasileño. Mientras un puñado de reformistas políticos e intelectuales van propagandizando las “bondades” del gobierno de Lula con el objetivo de justificar la represiva política contra el movimiento clasista campesino, los sectores populares campesinos enfrentan día a día el poder del viejo Estado que entre sus integrantes tiene a los terratenientes como clase.
La denuncia que socializamos está hecha por la Liga de Campesinos Pobres de Rondônia y Amazonía Occidental, a quienes expresamos nuestra mayor solidaridad. Sin acabar con el poder de los terratenientes no se puede hablar de solución al problema de la tierra.

Centro de Estudios Populares
Bolivia


Profesora es condenada por apoyar la lucha por la tierra
Escrito por la Liga de Campesinos Pobres de Rondônia y Amazonía Occidental
10/09/10
A los campesinos pobres, a los estudiantes, a los obreros y trabajadores en general, a los intelectuales honestos y a los movimientos y personalidades democráticas.

En julio de 2010 salió una sentencia absurda de la justicia rondoniense[1]. La víctima esta vez fue la profesora Yara Nogueira, da la Escuela Popular[2]. Ella fue condenada al pago de un salario mínimo o a trabajo comunitario (8 horas semanales por 3 meses) ¡por polución ambiental! En abril de 2007, Yara y otros activistas colaban carteles por las calles de Jaru denunciando el juzgamiento del campesino Wenderson, conocido como Ruço cuando fueron detenidos e interrogados por la Policía Militar!

Desde el 2003 la profesora Yara actúa en la Escuela Popular. Ella trabajó con educación de niños, de jóvenes y adultos en Corumbiara y en Theobroma y en la formulación y apoyo a la Campaña de Alfabetización en todo el Estado. Durante todos estos años Yara también ha tenido una militancia activa en apoyo a la lucha por la tierra, por esto es conocida y muy querida por los campesinos y profesores de la región.

Esta fue la verdadera causa de condena de Yara: apoyar la lucha campesina. Pero la “justicia” esconde sus motivos con la disculpa de “crimen ambiental”. Más aún, si la “justicia” estuviese realmente interesada en proteger la polución visual condenaría a todos los candidatos que difunden sus mentiras por todas las ciudades durante el periodo de farsa electoral. Condenarían igualmente a los organizadores de fiestas, shows y rodeos que divulgan sus eventos con carteles.

Pero la realidad es otra en Rondônia: ¡apoyar la lucha por la tierra es un crimen!

Recordemos resumidamente el caso Ruço
El campesino Ruço fue detenido a inicios de 2003 y procesado injustamente por la muerte de un pistolero del latifundista Antonio Martins dos Santos, conocido como “Gallo Viejo”, uno de los mayores ‘grileiros’[3] de tierras públicas de la región. Este proceso [de Ruço] fue un ejemplo de cómo la “justicia” actúa al servicio del latifundio en el Estado. La Jueza Fabiola Cristina Inocêncio Sarkis cometió toda suerte de irregularidades, dentro de las cuales estuvo el retraso del juicio de Ruço en septiembre de 2006. Ella temía que un juicio popular dejara inocente a Ruço, pues una amplia campaña de nivel nacional e internacional denunciando la farsa de su condenación alcanzó a la población de Jaru. Volantes, actos públicos, entrevistas en radios, debates en salas de aulas e inclusive una Carta Abierta firmada por casi 500 entidades y personalidades democráticas de renombre, aclaraban la verdad que era escondida por los monopolios de los medios de comunicación.
Señalado para abril de 2007, los movimientos, entidades y activistas democráticos, dentro de ellas la profesora Yara, se desdoblaron para hacer nueva campaña de propaganda. Nuevamente pasaron en radios, salas de aula, distribuían volantes y colaron carteles por la calles de Jaru. Centenas de personas acompañaron el juicio dentro y fuera del Forum y finalmente Ruço fue liberado.

Las persecuciones al campesino Ruço, la sentencia contra la profesora Yara no nos sorprende más. Es una realidad de la lucha por la tierra en Rondônia y en todo el Brasil. Justicia sólo existe para los latifundistas. Para los campesinos y quienes los apoyan quedan los despojos, criminalización y desmoralización, prisión y el asesinato por pistoleros.

Esta situación que tanto nos indigna, nos tiene que movilizar. Tenemos que ampliar la justa lucha por la tierra, su divulgación y defensa por los cuatro rincones del país.
¡Por el fin inmediato de la sentencia contra la profesora Yara!
¡El pueblo quiere tierra, no represión! ¡Muerte al latifundio!
¡Viva la Revolución Agraria!


Liga de Campesinos Pobres de Rondônia y Amazonia Occidental
Movimiento Femenino Popular


[1] Se refiere al estado de Rondônia en Brasil, fronterizo con el departamento del Beni en Bolivia.
[2] La Liga de Campesinos Pobres tiene como parte de su trabajo la organización de Escuelas Populares que trabajan en campañas de alfabetización y aprendizaje de técnicas de producción en el campo para mejorar la vida de los campesinos.
[3] Se llama ‘grileiro’ a las personas que se han apropiado de tierras a través de falsas escrituras haciendo uso de su poder político terrateniente.